Oh come, let us adore Him

Michigan Catholic Conference will be closed for the Christmas holidays starting December 24, 2024 through January 1, 2025

Un enfoque católico para votar en las elecciones de 2024

Antes de votar, revístanse de ‘la mente de Cristo’

Cristo llama a cada persona a ser una luz en el mundo. A medida que se acercan las elecciones generales de este otoño, los católicos pueden ser esa luz al permitir que las verdades de la fe informen sus decisiones para votar.

Para algunos puede resultar difícil ver las elecciones con esta mentalidad, ya que permanecen el apoyo reflexivo a un partido en concreto y el nivel de decepción con la integridad e idoneidad de algunos candidatos.

Aun así, la democracia representativa en Estados Unidos exige que los funcionarios públicos respondan a la voluntad de los votantes, que tienen la capacidad colectiva de influir en los candidatos y en los asuntos a través de las decisiones que se toman en las urnas.

Los católicos pueden ser una luz para la nación y para este estado al permitir que la fe informe sus decisiones de voto.

En resumen, los católicos tienen un importante papel que desempeñar en cada elección, incluido este año, para mejorar el tejido moral del estado y de la nación.

Además de elegir a un candidato presidencial, los votantes de Michigan elegirán este año al candidato que ocupará uno de los dos escaños del Senado estadounidense del estado. Otras contiendas significativas incluyen los 14 distritos electorales de Michigan, los 110 escaños de la Cámara de Representantes estatal y dos magistrados del Tribunal Supremo de Michigan. Los votantes también deben recordar la importancia de las contiendas locales y las cuestiones que afectan a los condados, municipios y distritos escolares.

A veces se describe el voto como un deber cívico. Sin embargo, el papa Francisco ha dicho que cada persona tiene también una “vocación como ciudadano”,1 por lo que votar adquiere también una dimensión moral para los católicos.

Esta edición de focus pretende ayudar a los católicos de Michigan a asumir la vocación de ciudadanos fieles en las elecciones de 2024 y más adelante. De un extremo a otro del estado, se anima a todos a considerar la exhortación de san Pablo de “revestirse de la mente de Cristo”2 antes de votar. 

Dejar que la fe informe la participación política

Vivir una vida de fe en Jesucristo es un proceso continuo de transformación. No busquemos más allá de la vida de los santos; hombres y mujeres a lo largo de la historia cuyas conversiones personales produjeron abundantes gracias. El Señor invita a santos y pecadores por igual a acercarse a él y a ser conscientes de las decisiones y elecciones que impactarán a los demás, incluida la comunidad en su conjunto.

Acercarse a Cristo nos lleva al discipulado, en el que los cristianos nos esforzamos por vivir los valores del Evangelio con esperanza, paz y alegría todos los días de la semana—lo mismo un martes que el domingo después de misa. Vivir como discípulo en la cultura actual requiere esfuerzo y a veces es un reto. Lo mismo puede decirse de entrar en la urna de votación o al emitir un voto que será enviado por correo.

Los valores, la moral y la ética con los que se comportan los católicos se extienden a la participación cívica y a la forma de juzgar a los candidatos a cargos públicos. Quienes se comprometen a seguir al Señor buscan la guía del Espíritu Santo para que les ayude a informar sus opciones. Luego se eligen los candidatos, que a tomarán decisiones sobre nuestras comunidades, nuestro estado y la nación.

Los votantes católicos deberían guiarse más por convicciones morales que por apegos a un partido político o a un grupo de interés.

¿Cómo se aplica la fe a la política? Y, ¿debería aplicarse? La respuesta sencilla es: sí. La Iglesia y sus enseñanzas esclarecen importantes verdades sobre la naturaleza humana, como la dignidad y la santidad de toda vida humana, la obligación de proteger y servir a los más vulnerables, los fines del matrimonio y la familia. Estas verdades no son únicamente creencias religiosas, sino también principios universales que todas las personas pueden llegar a reconocer a través de la razón natural.

Cada temporada electoral, algunos escépticos de la aplicación de la fe a la participación política afirman (equivocadamente) que la separación de la Iglesia y el Estado prohíbe tal enfoque. La visión avanzada por el presidente Thomas Jefferson no consistía en impedir que personas o grupos religiosos participaran en la democracia estadounidense, sino en mantener una muralla que impidiera que el gobierno invadiera los derechos de conciencia individuales y la vida religiosa de los ciudadanos.3

La libertad de conciencia y la libre participación de los creyentes en la vida pública estadounidense se consideraron tan esenciales (y siguen siéndolo) que la libertad religiosa se consagró en la Primera Enmienda de la Constitución. Para los católicos, la Iglesia orienta a los fieles para que ejerzan su derecho a la libre participación en el proceso democrático mediante un período de discernimiento piadoso y de formación de la conciencia antes de votar. 

Formar una conciencia católica

Para que la fe informe la propia participación en la vida ciudadana, la formación de una conciencia católica se convierte en un primer paso importante y útil.

La conciencia, como se explica en el Catecismo de la Iglesia Católica, es el punto de juicio en el que una persona reconoce la calidad moral de un acto particular. Formada según la revelación de Dios y las enseñanzas de la Iglesia, la conciencia ayuda a una persona a discernir cómo actuar de acuerdo con la verdad.4

Más que un mero sentimiento o una luz verde para justificar que una persona haga lo que quiera, la conciencia puede considerarse como la voz de Dios en el interior que invita a una persona a hacer el bien, a actuar con justicia y a tratar a los demás con dignidad y respeto. Hacer lo correcto—especialmente en situaciones difíciles—es un proceso que comienza con la escucha interior, continúa con la oración y termina rechazando un resultado malo o perjudicial.

Una conciencia católica, formada de acuerdo con revelación de Dios y las enseñanzas de la Iglesia, ayuda a las personas a actuar de acuerdo con la verdad.

Una conciencia católica se forma mejor por medio de la oración y la recepción regular de los sacramentos, junto con la lectura de las Sagradas Escrituras y los recursos espirituales y de enseñanza transmitidos por la Iglesia. Es importante reconocer que ciertos actos son incompatibles con el amor a Dios y al prójimo y se oponen siempre al auténtico bien de las personas. Estos actos, llamados males intrínsecos, deberían rechazarse siempre.5

En cuanto a cómo se aplica este concepto al hecho de votar, considere las siguientes enseñanzas de las obispos estadounidenses extraídas de su documento Formando la conciencia para ser ciudadanos fieles:

  • Es esencial que los católicos se guíen por una conciencia bien formada que reconozca que todas las cuestiones no tienen el mismo peso moral y que la obligación moral de oponerse a las políticas que promueven actos intrínsecamente malos tiene una pretensión especial sobre nuestras conciencias y nuestras acciones.
  • Un católico no puede votar por un candidato que favorezca una política que promueva un acto intrínsecamente malo, como el aborto, la eutanasia, el comportamiento racista, el suicidio asistido, someter deliberadamente a los trabajadores o a los pobres a condiciones de vida infrahumanas, o redefinir el matrimonio de forma que viole su significado esencial, si la intención del votante es apoyar esa postura.
  • Puede haber ocasiones en las que un católico que rechace la posición inaceptable de un candidato, incluso sobre políticas que promuevan un acto intrínsecamente malo, decida razonablemente votar por ese candidato por otras razones moralmente graves.
  • La posición de un candidato sobre una sola cuestión no es suficiente para garantizar el apoyo de un votante. Sin embargo, si la posición de un candidato sobre una sola cuestión promueve un acto intrínsecamente malo, como el aborto legal, la redefinición del matrimonio de forma que niegue su significado esencial o el comportamiento racista, un votante puede descalificar legítimamente a un candidato para recibir su apoyo.
  • Estas decisiones deben tener en cuenta los compromisos, el carácter, la integridad y la capacidad de un candidato para influir en una cuestión determinada. En definitiva, se trata de una decisión que debe tomar cada católico guiado por una conciencia formada por la enseñanza moral católica. 

¿Cuál es la perspectiva católica sobre estos temas?

Las enseñanzas sociales proclamadas por la Iglesia ofrecen una refrescante visión de esperanza, porque están fundadas en Dios, que es la fuente infinita de toda bondad y amor.6 Aceptar piadosamente las enseñanzas de la Iglesia supondrá un reto para los hábitos de voto arraigados e incluso para la lealtad histórica a un partido en especial. Sin embargo, una conciencia formada por estas enseñanzas proporciona una perspectiva cohesionada y coherente sobre los temas de actualidad, en la que las opciones políticas están guiadas por la fe, más que por posturas partidistas.

Para ayudar a resumir la tradición social de la Iglesia, los siguientes nueve principios de defensa ayudan a ilustrar lo que la Iglesia enseña y tienen como objetivo ayudar a evaluar las posturas de los candidatos en cuestiones políticas.

Tras reflexionar, los votantes católicos deberían preguntarse si los candidatos por los que están considerando votar encarnan estos principios y, en caso afirmativo, cómo lo hacen. 

Defensa de la dignidad de la vida humana

La Iglesia proclama que toda persona humana ha sido creada a imagen y semejanza de Dios y que cada persona posee una dignidad humana inherente e inviolable, presente desde el momento de la concepción hasta la muerte natural.

Defender la vida humana de la destrucción intencionada es una cuestión preeminente, el principio básico para promover el bien común. Significa que toda persona—independientemente de su etapa de vida o condición—tiene derecho a la vida y a vivir de forma digna mediante la satisfacción de sus necesidades básicas.

Atención para los pobres y vulnerables

Debido a su especial preocupación por los pobres, la Iglesia cree que las políticas públicas deben dar prioridad a quienes luchan por llegar a fin de mes, preservar la red de seguridad social y promover viviendas económicas, guarderías y empleos decentes. Deben apoyarse los derechos de los trabajadores, lo que incluye el pago de salarios justos y la capacidad de organizarse y negociar colectivamente sin represalias.

Protección a la libertad religiosa y la libertad para servir

Los católicos sirven a los demás, en particular a los necesitados, al trabajar como voluntarios en comedores de beneficencia, centros de atención médica, albergues para refugiados, despensas de alimentos, centros de atención a embarazadas y refugios para personas sin hogar, entre otras agencias de servicios. Tales actos de caridad están impulsados por el mandamiento de Jesús de “amar al prójimo” y de hacerlo con fidelidad a sus enseñanzas. Proteger la libertad religiosa—el derecho a rendir culto y a practicar libremente la propia fe—significa que los derechos y libertades garantizados por la Primera Enmienda deben mantenerse y protegerse en la vida pública.

Apoyo a los estudiantes, las escuelas y los padres

Los padres de familia son los primeros educadores de sus hijos,7 por lo que la Iglesia cree que los padres y madres tienen derecho a dirigir la educación de sus hijos de acuerdo con sus convicciones. Esto incluye el derecho de los padres de familia a enviar a sus hijos a la escuela de su elección y de que el estado ponga esas opciones a disposición de todos.

Fortalecimiento de matrimonios y familias

La familia construida sobre la base del matrimonio es la institución central de la vida social,8 por lo que la Iglesia aboga por políticas que apoyen y fortalezcan tanto el matrimonio como la vida familiar. Esto incluye la promoción del matrimonio como pacto para toda la vida entre un hombre y una mujer, así como políticas que salvaguarden los derechos y el bienestar de los niños.

Mejora del acceso a la atención médica

La Iglesia cree que una atención médica accesible y costeable es un derecho humano fundamental9 y debe extenderse a los pobres, a los no asegurados, a los desempleados y a otras poblaciones vulnerables.

Búsqueda de la justicia restaurativa

Para promover la justicia restaurativa, la Iglesia apoya los esfuerzos que incluyen ayudar a las víctimas de delitos y a sus familias, ayudar a las personas que salen de prisión en su reinserción en la sociedad y fortalecer las relaciones entre la policía y las comunidades a las que sirve.

Bienvenida a inmigrantes y refugiados

Al reconocer la dignidad inherente de los inmigrantes y refugiados, la Iglesia aboga por un sistema de inmigración que garantice un trato humano, proteja a las familias y ofrezca una vía hacia la ciudadanía, mientras que al mismo tiempo mantiene la integridad de las fronteras de nuestra nación y del estado de derecho.

Cuidado de la creación y preservación de los recursos naturales

La Iglesia promueve la administración responsable del medio ambiente y de los recursos naturales de la Tierra para honrar el don divino de la creación. Esto incluye reconocer y ocuparse los efectos del cambio climático, poniendo especial énfasis en la protección de las personas más afectadas por las condiciones climáticas adversas.

Una nota final de ánimo

Puede resultar difícil comparar la doctrina católica con las posturas defendidas por los candidatos en las próximas elecciones. Ninguna de las plataformas de los dos principales partidos políticos de este país se adhiere a la totalidad de la doctrina católica. Tomar estas decisiones para votar resulta a veces desalentador. Pero los católicos están llamados como discípulos de Cristo a ser una luz en el mundo y a guiar a los demás hacia el camino de la rectitud.

Aunque es importante dedicar tiempo a investigar sobre los candidatos y los temas, revestirse de la mente de Cristo antes de votar también requiere alejarse del ruido durante el ciclo electoral.

La Iglesia y esta publicación focus no pueden y no dirán a los individuos por qué candidato presidencial o de Michigan deberían votar. Tales decisiones deben tomarse tras formar la propia conciencia basándose en las enseñanzas de la Iglesia y reflexionando en oración sobre las posturas de los candidatos. Corresponde a todos los católicos y personas de buena voluntad hacer lo mejor que puedan para emitir juicios sabios sobre los candidatos y los temas.

Todo lo demás está en manos de Dios.

  • ¿Son de ayuda los comentarios políticos de las noticias por cable o el discurso de los medios sociales para tener una perspectiva católica?
  • Aléjese de los medios de comunicación y dedique tiempo a la Sagrada Escritura y al Santísimo Sacramento. Apague la televisión y el podcast y escuche en silencio.
  • Haga oración frecuentemente, dejando que la fe informe la participación política.

Cómo registrarse y estar listo para votar en estas elecciones

Para obtener más recursos sobre cómo ser ciudadanos fieles, visite el sitio web de la MCC sobre las elecciones de 2024 en cthl.cc/voting.

Para obtener más información sobre las próximas elecciones de Michigan, incluyendo cómo registrarse para votar y revisar el estado del registro de votantes, cómo encontrar las urnas electorales u obtener una boleta de votación por correo y cómo ver lo que hay en la boleta, visite cthl.cc/jlncp.

  1. Fratelli Tutti, No. 66
  2. 1 Corintios 2:16
  3. “Is There A ‘Wall of Separation’ Between Church and State?” como fue publicado en la edición del 17 de septiembre de focus de la MCC
  4. Gaudium et Spes, No. 16
  5. FCFC, No. 22
  6. FCFC, Nota introductoria para las elecciones de 2024
  7. Catecismo, No. 2223
  8. Gaudium et Spes, No. 52
  9. FCFC, No. 90